jueves, 30 de septiembre de 2021

Como pez en el agua

 



Carmen Cuervo

Es una bailarina.

Sus piernas son los colores. 

Y sus colores no nos dejan quietxs. 

Ofrece una invitación:  con-movernos entre sus criaturas, 

movernos-con sus creaciones,

creacciones, entonces!

De ellas se desprende un fulgor, nada es explícito, nada es plano, y a la vez sus obras tienen una fuerza contundente.

Aconteceres y sentimientos movedizos, superpuestos, de dolorida o florida belleza.  Belleza nerviosa, o melancólica, de blancos y negros, de inquietante rosa, de noches que van a esconderse a algún lado, de manadas que vienen de otro, y pasan y te miran y dejan preguntas y ganas de adentrarse con ellas, de perros que nos dividen entre acariciarlos o huir, de solitarios hombres que tal vez quisiéramos amparar, de mujeres que abrazan, o esperan o no esperan más, de formas sin bautizar. Estas palabras no son una lista ni una revelación, tan sólo un compás de la música visual.  Las visiones que ella nos ofrece son para el uso de cada uno de los sentidos, el ojo es una puerta por donde viene a derramarse viento, gestos que se tuercen, huidas, azoramiento, soledad, alegría, retazos, abrazos, pisadas.  

Todos estos movimientos, todo este color puesto a invocar un transcurrir, a dejar un perfume, invitan a quedarse, a formar parte, mirar es una experiencia, y hay además algo que agradezco abundantemente, no evangeliza. Su mirada inventa. En medio de una época tan preocupada en dejar en claro una idea para mostrar “un” mensaje, e inclusive bajar línea, ser plana y llana, como las series, como los stickers, un arte cada vez más parecido al emoticón, existen las pinturas, los dibujos de Carmen hechos de movimientos, soplados por la ventisca, por el huracán,  por el desencaje, por una realidad irrepetible, fuera del alcance del foco inmediato,  que nos pone a pensar con ese aparato misterioso e indomable que es la inteligencia de los sentidos, imantándonos hacia un tesoro a explorar, una aparición, una inquietante quietud, que decide no aturdirnos la mirada sino nutrirla y  llevarla bien adentro, completar lo que está semiestá, y bailar.

Por eso, bailemos. 

La entrada…es libre

la estadía…, una gracia.

Como el enamoramiento.

Daniela Adújar


miércoles, 29 de septiembre de 2021

Escalera al cielo

Carmen Cuervo

Hay una dama que está segura de que todo lo que reluce es oro y está comprando una escalera al cielo. Y cuando llegue allí, sábelo, si las tiendas están cerradas, con una palabra puede conseguir lo que vino a buscar. Y está comprando una escalera al cielo. Hay una señal en la pared pero quiere estar segura. Ya sabes, a veces las palabras tienen dos significados. En el árbol al lado del arroyo hay un pájaro cantor que canta: a veces todos nuestros pensamientos son dudas. Me hace interrogarme. Hay una sensación que tengo cuando miro hacia el oeste y mi espíritu está gritando porque quiere marcharse. En mis pensamientos he visto anillos de humo a través de los árboles y las voces de los que permanecen mirando. Y se dice en susurros que pronto, si todos nosotros cantamos la melodía, el gaitero nos guiará a la razón. Y un nuevo día nacerá para aquellos que aguantan y el bosque devolverá un eco con carcajadas. Si hay un ajetreo en tu sendero de árboles, no te alarmes, es solo la limpieza de primavera por la Reina Madre. Sí, hay dos caminos por los que que puedes ir, pero a la larga todavía hay tiempo para cambiar el camino en el que estás. Hay un zumbido en tu cabeza y no se irá, porque no sabes que el gaitero te está llamando para que te unas a él. Querida dama, no puedes oír el soplido del viento. ¿Y sabías que tu escalera se apoya en el susurrante viento? Y, mientras nosotros seguimos bajando por el camino, nuestras sombras son más grandes que nuestras almas. Camina una dama a la que todos conocemos, que brilla con luz blanca y quiere mostrar que todavía todo se convierte en oro. Y si escuchas muy atento, la melodía vendrá al fin a ti, cuando todos sean uno y uno sea todo. Ser una piedra y no rodar... Y está comprando una escalera al cielo.

Led Zeppelin

martes, 28 de septiembre de 2021

Los peces gordos no pueden volar



Carmen Cuervo

Voy a tomar el viento a mi favor y a navegar hacia un viaje mejor y a contemplar la infinidad del sol con la certeza de un trato mejor. Fiel a tus valores debes ir, caminar por esa senda y resistir para que tú conquistes ese buen vivir. Aunque lo tengan todo no te tienen a ti. Qué los peces gordos no pueden volar. Soy otra madre que duerme poco pero sueña mucho, que aprende más de sus hijos que del mundo adulto. Cuando grande quiero ser un niño,  reírme contigo de un modo sencillo. Con las pocas horas que tengo contigo, debo yo pelear con peces que quieren ser amigos, que hablan al oído a través de comerciales y que seducen mediante sus canales.  Pero ya ves estamos tú y yo construyendo un mundo para los dos. Por ti, por mí y por todos los compañeros que ya no le compran a este sucio juego.  Fiel a tus valores debes ir, caminar por esa senda y resistir para que tú conquistes ese buen vivir. Y aunque lo tengan todo no te tienen a ti, que los peces gordos no pueden volar. Hijo yo sé que nada tiene sentido, incluso lo que yo diga no suena divertido. No te digo que el mundo está acabado pero los peces gordos están en todos lados. No estoy en contra de que juguemos. Sólo quiero contarte como es el juego.  Kidzania no es un parque y el mall no es una plaza y ese celular a los amigos no reemplaza y quiero para ti cosas sencillas, que dibujes un mundo de justicia y alegría. Y yo sé que afuera todo brilla pero si tú lo miras verás la mentira. Fiel a tus valores debes ir, caminar por esa senda y resistir para que tú conquistes ese buen vivir. Y aunque lo tengan todo no te tienen a ti. Oye hijo: por ti, por mí y por todos los compañeros que ya no le compran a este sucio juego. Hijo yo sé que nada tiene sentido, incluso lo que yo diga no suene divertido. Pero Kidzania no es un parque y un mall no es una plaza. Oye: y ese celular a los amigos no reemplaza. Cuando grande quiero ser un niño y reírme contigo de un modo sencillo. Y acuérdate fiel a tus valores tú debes ir, caminar por esa senda y resistir para que tú conquistes ese un buen vivir.

Ana Tijoux


 



lunes, 27 de septiembre de 2021

Está clarísimo



El mono con cola ve la luna, media luna. Y la imita. Y  la invita a salir.  Un gato araña  los ojos de la bolsa  dura  pintada de colorado.  Acostado hay un perro que mira como miran los perros amados y llorados. La mano del gigante negro acaricia  el lomo del elefante cansado. Hay  un gusano en la mano. El  fantasma amarillo, con brillo,  sostiene a su hermano gris. Mis ojos se apoyan en el cielo turquesa, soleado, me besa. Y un caracol viene por ahí. Yo también veo los ojos de la luna desde mi cuna, la luna, aquella estrella blanca encantadora, sonora, con timbres  de caramelos. Espero, los veo pero no estoy allí.

Carmen Cuervo

domingo, 26 de septiembre de 2021

Nieve y carbón

Carmen Cuervo

Nuestra primera intención era hacerlo en colores; una acuarela que hablara de nuestros amores, un colibrí policromo parado en el viento, una canción arcoíris durando en el tiempo. El director de la banda, silbando bajito pensaba azules y rojos para el valsecito. Pero ustedes saben, señores, muy bien cómo es esto; no nos falló la intención, pero sí el presupuesto. Y en blanco y negro, esta canción quedó en blanco y negro,  con el corazón en blanco y negro, nieve y carbón . en blanco y negro En tecnicolor pero, en blanco y negro. Fuimos quitando primero de nuestra paleta una mirada turquesa de marco violeta., luego, el carmín de las flores encima del piano, una caída de sol cuando empieza el verano, todos los tipos de verde de una enredadera,  ya ni quedaban colores para las banderas, Nuestra intención ya no fue más que un viejo recuerdo y esta canción, al final, se quedó en blanco y negro, en blanco y negro.

Jorge Drexler

sábado, 25 de septiembre de 2021

La visión del ángel rosado que traía pausado su vuelo

Carmen Cuervo

Danza andaluza, España, danza española aire, quiebros, espumas, rizos y olas. Si el cuerpo se alza en aire y el aire vuela, el aire que lo enciende salta en candela. Candente juego aire con aire, aire pero de fuego. De los blancos jardines y miradores, descienden las estrellas fuentes y flores. Se alzan las manos y en los dedos repican los altos ramos.
Rafael Alberti






                                                                               

viernes, 24 de septiembre de 2021

Sueño con pintar y pinto mis sueños

Carmen Cuervo
 

¡Tengo sed de sombra! Dice la luna: yo, sed de luceros . La fuente cristalina pide labios y suspiros, el viento. Yo tengo sed de aromas y de risas. Sed de cantares nuevos sin lunas y sin lirios y sin amores muertos Un cantar de mañana que estremezca a los remansos quietos del porvenir. Y llene de esperanza sus ondas y sus cienos. Un cantar luminoso y reposado, pleno de pensamiento, virginal de tristeza y de angustias y virginal de ensueños. Cantar sin carne lírica que llene de risas el silencio (Una bandada de palomas ciegas lanzadas al misterio). Cantar que vaya al alma de las cosas y al alma de los vientos y que descanse al fin en la alegría del corazón eterno.

Federico García Lorca


jueves, 23 de septiembre de 2021

El mundo de los superhéroes es en blanco y negro

Carmen Cuervo

Para mí, África es una tierra de luz y contrastes. El blanco y negro es la mejor manera de expresar la emoción solitaria y la vitalidad de la vida salvaje.

Laurent Baheux.

El blanco y negro es una mezcla de la simplicidad más dura y la complejidad más fácil.

Vikram




miércoles, 22 de septiembre de 2021

¿Son pájaros o son peces en estas redes de la luna?



 
Carmen Cuervo

Cantan, cantan. ¿Dónde cantan los pájaros que cantan? Llueve y llueve. Aún las casas están sin ramas verdes. Cantan, cantan los pájaros. ¿En dónde cantan los pájaros que cantan? No tengo pájaros en jaula.
No hay niños que los vendan. Cantan. El valle está muy lejos. Nada... Nada. Yo no sé dónde cantan
los pájaros (y cantan, cantan) los pájaros que cantan.
Juan Ramón Jiménez

martes, 21 de septiembre de 2021

Lamentos por los pies



 
Carmen Cuervo



Carmicahel O'Shaughnessy, mi Dios, con el camino en la mano era un planeta girando y girando en la mañana cerrada como cubierto de lirios y de trigos. Ah carmichael, qué grandes fierros le crecían en los pies cuando se andaba al gallo primo cantor y al segundo callado. A Carmichael se le caían pedazos de rabia pura de la cara que iba dejando como árboles que crecieron como árboles al costado del camino. No pájaros, no vientos, no señoras, les movían las ramas sino años de mal amor y desgracia, años en que el amor viene mal. O mal y triste y destrozado como la margarita que besó el león a la solombra del atardecer donde Carmichael lloró un poco por abajo, por arriba. Por la ventanita que nadie abre iba Carmichael con el camino en la mano como paquete del dolor hasta que un día los pies se le pusieron verdes. Áhi Carmichael paró ya rojo, ya mitad, ya parecido y dulce fue su desventaja. Toda la sombra que cae de Carmichael O'Shaughnessy pega en el suelo y se va al sol pero antes canta como dos pechos de mujer o sea canta, canta.

Cuando en Toledo Ohio,  Andrew Sinclair empezó a caminar sobre el mundo dijo “esto es así” y no lloró, pensó lo verde de la época. Acostó la cabeza en los pechos maternos como fatigado de pronto por
tanta comprobación. Los pechos daban flores de leche que caían al piso y calentaban la memoria ahora que Andrew Sinclair es grande. Andrew Sinclair es grande o es triste.  Con candelas encendidas pasó lo bajo de la noche. Oh corazón ardiente hecho pedazos, los fue sembrando como fieras o furias. Pero Andrew Sinclair está aquí? ¿Todavía hace sonar su tristeza como un terrible cañón?¿No caza pajaritos?¿Anda por ahí Andrew Sinclair? En la mitad de su memoria la mamá está de pie dándole de comer a las gallinas o lavando los platos con manos lentas, bellas, grises que daban brillo como el sol. Y abrigaban al Andrew Sinclair, ¡ah caminante!,  Los demonios del valle le comieron los pies pero él se inclinaba bajo el sol brillando como madre. Los demonios tiene dos cuernos en la cabeza y pelos en los pies y echan llamas por la boca y el culo, se comen los ratones sin pelar, bailan como gitanos, se beben de un trago medio balde de agua. Pero Andrew Sinclair, no él, tiene un joven corazón lleno de islas con tigres y garzas bellísimo, bellísimo.  Abajo de Andrew Sinclair había un río y más abajo un sol y debajo la noche para nosotros dos.
Juan Gelman


lunes, 20 de septiembre de 2021

Baila primero, piensa después

Carmen Cuervo

Estoy gritando al cielo,  gritando al mundo. Cariño, ¿por qué te fuiste? Sigo siendo tu chica. Me aferro demasiado fuerte en las nubes, cabeza arriba. ¡Sólo el cielo sabe dónde estás ahora! ¿Cómo puedo amar, cómo puedo amar de nuevo? ¿Cómo confío, cómo confío de nuevo? Me quedo despierta toda la noche diciéndome que estoy bien. Cariño, eres más difícil de ver que la mayoría. Puse el disco esperando  que oigas nuestra canción. Todas las noches estoy bailando con tu fantasma. Todas las noches estoy bailando con tu fantasma. Nunca tuve la oportunidad para decir un último adiós. Tengo que seguir adelante pero duele intentarlo. Espera a que oiga nuestra canción. Todas las noches estoy bailando con tu fantasma. Todas las noches estoy bailando con tu fantasma. Todas las noches estoy bailando con tu fantasma.

Sasha Sloan

domingo, 19 de septiembre de 2021

La isla era un refugio al atardecer

Carmen Cuervo

Azul loco y verde loco del lino en rama y en flor, mareando de oleadas, baila el lindo azuleador. Cuando el azul se deshoja, sigue el verde danzador: verde-trébol, verde-oliva el gallo verde-limón. ¡Vaya hermosura! ¡vaya el color! Rojo manso y rojo bravo, rosa y clavel reventón. Cuando los verdes se rinden, él salta como un campeón. Bailan uno tras el otro, no se sabe cuál mejor, y los rojos bailan tanto que se queman en su ardor. ¡Vaya locura! ¡Vaya color! El amarillo se viene grande y lleno de fervor y le abren paso todos como viendo a Agamenón. A lo humano y lo divino, baila el santo resplandor: aromas gajos dorados y el azafrán volador. ¡Vaya delirio! ¡Vaya el color! Y por fin se van siguiendo al pavo-real del sol, que los recoge y los lleva como un padre o un ladrón. Mano a mano con nosotros todos eran, ya no son: ¡el cuento del mundo muere al morir  el contador!
Gabriela Mistral


El tigre y el tigrero

Carmen Cuervo
 

Cada uno cumplía su destino: éste era domador, tropero el otro, aquél tiraba como nadie el lazo y simón Carvajal era el tigrero.. Si un tigre depredaba las majadas o lo oían bramar en la tiniebla, Carvajal lo rastreaba por el monte. Iba con el cuchillo y con los perros. Al fin daba con él en la espesura. azuzaba a los perros. La amarilla fiera se abalanzaba sobre el hombre que agitaba en el brazo izquierdo el poncho, que era escudo y señuelo. El blanco vientre quedaba expuesto. El animal sentía que el acero le entraba hasta la muerte. El duelo era fatal y era infinito. Siempre estaba matando al mismo tigre inmortal. No te asombre demasiado su destino. Es el tuyo y es el mío, salvo que nuestro tigre tiene formas que cambian sin parar. Se llama el odio, el amor, el azar, cada momento.

Jorge Luis Borges

viernes, 17 de septiembre de 2021

jueves, 16 de septiembre de 2021

Algunas veces todo lo que necesitás es una pequeña salpicadura de color

Carmen Cuervo

El color genera una vibración psíquica. Los colores esconden un poder aún desconocido pero real, que actúa en cada parte del cuerpo humano. En general, el color es un medio para ejercer una influencia directa sobre el alma.  Las sensaciones de colores en la paleta pueden ser experiencias espirituales .El color transmite y traduce la emoción Si el efecto psicológico del color es directo o si es el resultado de la asociación, es cuestionable. Como el alma es una con el cuerpo, puede ser posible que un temblor psicológico genere una correspondiente a través de la asociación.

El color es el teclado. El ojo es el martillo. El alma es el piano con sus muchas cuerdas. El artista es la mano que, a propósito, hace vibrar el alma mediante esta o aquella clave. La música es el mejor maestro. Apliqué rayas y manchas de colores en el lienzo con un cuchillo de paleta, y los hice cantar con toda la intensidad que pude. El sonido de los colores es tan definido que sería difícil encontrar a alguien que expresara amarillo brillante con notas graves o un lago oscuro con agudos.

El naranja es el rojo acercado a la humanidad por el amarillo. Casi sin excepción, el azul se refiere al dominio de la abstracción y la inmaterialidad. Como una imagen pintada en amarillo siempre irradia calor espiritual, o como una en azul tiene aparentemente un efecto refrescante, así el verde es solo aburrido. En la jerarquía de colores, el verde representa a la clase media social, satisfecho de sí mismo, inamovible, estrecho. El verde absoluto es el color más reparador, que carece de un trasfondo de alegría, pena o pasión. En los hombres agotados, este descanso tiene un efecto beneficioso, pero después de un tiempo se vuelve tedioso.

El impacto de ángulo agudo de un triángulo en un círculo produce un efecto no menos poderoso que el dedo de Dios tocando el dedo de Adán en Miguel Ángel.

Wassily Kandinsky


miércoles, 15 de septiembre de 2021

Me pinto a mí misma porque soy a quien mejor conozco

Carmen Cuervo

Me estremeció la mujer que empinaba a sus hijos hacia la estrella de aquella otra madre mayor. Y cómo los recogía del polvo teñidos para enterrarlos debajo de su corazón.

Me estremeció la mujer del poeta, el caudillo, siempre a la sombra y llenando un espacio vital. Me estremeció la mujer que incendiaba los trillos de la melena invencible de aquel alemán.

Me estremeció la muchacha, hija de aquel feroz continente, que se marchó de su casa para otra de toda la gente.

Me han estremecido un montón de mujeres, mujeres de fuego, mujeres de nieve

Pero lo que me ha estremecido, hasta perder casi el sentido, lo que a mí más me ha estremecido son tus ojitos, mi hija, son tus ojitos divinos.

Me estremeció la mujer que parió once hijos en el tiempo de la harina y un kilo de pan. Y los miró endurecerse mascando garifos. Me estremeció porque era mi abuela además.

Me estremecieron mujeres que la historia anotó entre laureles. Y otras desconocidas, gigantes, que no hay libro que las aguante.

Me han estremecido un montón de mujeres, mujeres de fuego, mujeres de nieve.

Silvio Rodríguez

martes, 14 de septiembre de 2021

Alta entropía

Carmen Cuervo

Usted puede ver una taza de té caer de una mesa y romperse en pedazos en el suelo… Pero nunca verá que la taza se reúna de nuevo y vuelva a saltar sobre la mesa. El aumento del desorden, o entropía, es lo que distingue el pasado del futuro, dando una dirección al tiempo.   

Stephen Hawking

lunes, 13 de septiembre de 2021

El círculo es la forma más moderna



Carmen Cuervo

No querer blancos rodando en planta movible. No querer voces robando semillosas arqueada aéreas. No querer vivir mil oxígenos nimias cruzadas al cielo. No querer trasladar mi curva sin encerar la hoja actual. No querer vencer al imán la alpargata se deshilacha. No querer tocar abstractos llegar a mi último pelo marrón. No querer vencer colas blandas los árboles sitúan las hojas. No querer traer sin caos portátiles vocablos.

Alejandra Pizarnik

domingo, 12 de septiembre de 2021

Mientras se gana algo no se pierde nada

Carmen Cuervo

En toda batalla, en todo asunto, existe una ocasión, a veces muy fugaz, de ser vencedor.
André Maurois 


sábado, 11 de septiembre de 2021

Proverbio congoleño: no se le puede enseñar los caminos de la selva a un gorila

Carmen Cuervo
 

Con salvaje lujuria de pantera se enardece la selva en el estío, y el huracán con ímpetu bravío destrenza su olorosa cabellera. Blonda cascada de hojas reverbera sobre el ramaje trémulo y sombrío, que troncha el rayo en rudo desafío, incendiando el plumón de su cimera. Se retuerce la jungla acribillada por dos pupilas de rubí llameante que desgarran su carne alucinada. Viborea un relámpago en las huellas, el temible jaguar huye jadeante, y en su lomo chispean las estrellas.

Javier del Granado

viernes, 10 de septiembre de 2021

Pretos

Carmen Cuervo

Quando você for convidado pra subirã no adro da fundaço Casa de Jorge Amado pra ver do alto a fila de soldados, quase todos pretos dando porrada na nuca de malandros pretos, de ladrões mulatos e outros quase brancos tratados como pretos só pra mostrar aos outros quase pretos (e são quase todos pretos) como é que pretos, pobres e mulatos quase brancos, quase pretos de tão pobres são tratados. E não importa se olhos do mundo inteiro possam estar por um momento voltados para o largo onde os escravos eram castigados. E hoje um batuque um batuque com a pureza de meninos uniformizados de escola secundária em dia de parada e a grandeza épica de um povo em formação. Nos atrai, nos deslumbra e estimula. Não importa nada, nem o traço do sobrado, nem a lente do fantástico, nem o disco de Paul Simon. Ninguém, ninguém é cidadãos, se você for a festa do pelô, e se você não for.
Pense no Haiti. Reze pelo Haiti. O Haiti é aqui. O Haiti não é aqui.

E na TV se você vir um deputado em pânico mal dissimulado,diante de qualquer, mas qualquer mesmo, qualquer, qualquer plano de educação que pareça fácil, que pareça fácil e rápido e vá representar uma ameaça de democratização o ensino do primeiro grau. E se esse mesmo deputado defender a adoção da pena capital. E o venerável cardeal disser que vê tanto espírito no feto e nenhum no marginal. E se, ao furar o sinal, o velho sinal vermelho habitual notar um homem mijando na esquina da rua sobre um saco brilhante de lixo do Leblon. E quando ouvir o silêncio sorridente de São Paulo diante da chacina 111 presos indefesos, mas presos são quase todos pretos ou quase pretos, ou quase brancos quase pretos de tão pobres, pobres são como podres e todos sabem como se tratam os pretos. E quando você for dar uma volta no Caribe. E quando for trepar sem camisinha, E apresentar sua participação inteligente no bloqueio a Cuba. 

Pense no Haiti. Reze pelo Haiti. O Haiti é aqui. O Haiti não é aqui.


Cuando fuiste invitado a la terraza de la fundación de Jorge Amado para ver desde lo alto la fila de soldados casi todos negros dando golpes en la nuca de malandros negros, de ladrones mulatos y otros casi blancos tratados como negros solo para mostrar a los otros casi negros (y son casi todos negros) cómo es que son tratados de tan pobres negros pobres y mulatos casi negros casi blancos . Y no importa si los ojos del mundo entero pueden estar por un momento posados sobre la fila donde los esclavos eran castigados. Hoy es un batuque, un batuque con la pureza de niños uniformados de la escuela secundaria en el día del desfile y la grandeza de un pueblo en formación. Nos atrae, nos deslumbra, nos estimula. No importa nada, ni los problemas étnicos o antropológicos, ni siquiera la mirada de lo fantástico, ni siquiera el disco de Paul Simon. Y nadie, nadie, ninguno es ciudadano, vaya o no a la fiesta de las trenzas de pelo.

Piensa en Haití, reza por Haití. Haití es aquí. Haití no es aquí.

Y en la televisión ves a un diputado asustado que quiere disimular ante cualquier, pero cualquier, cualquier, cualquier plan educativo que parece fácil, que parece fácil y rápido para primer grado que supone una amenaza de democratización. Y ese mismo diputado defiende la adopción de la pena capital. Y el venerable cardenal dice que ve tanto espíritu en el feto y ninguno en el marginal. Y qué pasa si la señal aburrida de televisión, la vieja señal roja habitual observa a un hombre que orina en la esquina de la calle sobre una bolsa de basura brillante de Leblon. Y qué pasa cuando escuchás el silencio sonriente de São Paulo frente a la matanza de ciento once presos indefensos, pero casi todos presos negros o casi negros, o casi blancos, casi negros de tan pobres, los pobres son como podridos y todos saben cómo tratan a los negros. Y qué  pasa cuando vas a caminar por el Caribe. Y cuando cojés sin condón. Y cuando presentás tu participación inteligente en el bloqueo a Cuba.

Piensa en Haití. Reza por Haití. Haití es aquí. Haití no es aquí.
Caetano Veloso

jueves, 9 de septiembre de 2021

Las chicas solo quieren divertirse

Carmen Cuervo
 
Mi corazón es como un dios sin lengua, mudo se está a la espera del milagro. He amado mucho, que todo amor lo conocí con mengua. He amado hasta llorar, hasta morirme, amé hasta odiar, amé hasta la locura. Pero yo espero algún amor natura capaz de renovarme y redimirme. Amor que fructifique mi desierto y me haga brotar ramas sensitivas, Soy una selva de raíces vivas, solo el follaje suele estarse muerto. ¿En dónde está quien mi deseo alienta? ¿Me empobreció a sus ojos el ramaje? Vulgar estorbo, pálido follaje, distinto del tronco fiel que lo alimenta. ¿En dónde está el espíritu sombrío de cuya opacidad brote la llama? Ah, si mis mundos con su amor inflama, yo seré incontenible como un río. ¿En dónde está el que con su amor envuelva? Ha de traer su verdad sabida: hielo y más hielo recogí en la vida, yo necesito un sol que me disuelva.

Alfonsina Storni

miércoles, 8 de septiembre de 2021

Hay que estirarse bien

Carmen Cuervo

Los cuadros son locas con el corazón carcomido por burbujas radiantes anudados los ojos a la garganta del latigazo caramboleador aleteando sobre el cuadrángulo de su deseo.

El aroma de las flores de la rama arrancada del limonero petrifica su forma en el cuenco de la mano puesta sobre la sien al calor del malva escondido en la mejilla y despunta su dardo por la fosa nasal izquierda de la muchacha a lo lejos en su sueño.

Pablo Picasso

martes, 7 de septiembre de 2021

Mi reino por un caballo

Carmen Cuervo
 

¿Has oído gritar de noche al oso-caballo oo-oo-oo-oo o al coyote solo en la noche de luna uuuuuuuuuuuuuü? Pues eso mismo son estos versos.

Ernesto Cardenal

lunes, 6 de septiembre de 2021

Los arqueros negros

 

Carmen Cuervo

Arquero de la noche, con gesto arrogante, alcé el arco en las sombras y apunté a las estrella. Arquero de la noche, mi pulso estaba firme y en mi carcaj había solamente una flecha. Y vigorosamente lancé mi flecha al viento y hubo un largo zumbido sobre la cuerda tensa. Lancé mi única flecha, la flecha de mi ensueño y me crucé de brazos bajo la noche negra. El arco envejecido se me pudre en las manos, pero yo sigo arquero de la noche en mi espera. Lancé mi única flecha y se perdió en las sombras. Y nunca he de saber si llegó a las estrellas. 
José Ángel Buesa

domingo, 5 de septiembre de 2021

Pretty little angel eyes

Carmen Cuervo

¡De verdad les digo que no miento! Es que ella tiene un montón de ojos en su rostro. Ella tiene más de dos y más de tres,  más de cuatro, más de cinco,  más de diez, más de once, más de quince, más de veinte, y más de veinticinco ojitos... Ojos negros, ojos verdes, ojos oscuros, ojos transparentes, ojos profundos, ojos brillantes, ojos de todos los colores azules y violetas que se abren y se cierran como sube y baja la marea... 

¡Ay, cuánta calma! Cuánta placidez verla dormirse a mi lado, verle cerrar tantos ojos de una vez. Es como ver cerrarse las luces de una aldea donde todo el mundo va a dormirse al mismo tiempo. 

 Y al amanecer ver abrirse tantos ojos de una vez es como ver abrirse los ojos enteros de toda la niñez. 

Y ese ansia que yo tengo para que me enseñe a mirar todo eso que yo no veo. Porque ella me enseña a mirar a lo lejos. Ella me enseña a mirarme a mí mismo. Ella me enseña a mirar mis adentros porque ella me ve todito, todito por completo. Ojos negros, ojos verdes, ojos misteriosos, ojos enigmáticos, ojos profundos, ojos azules, ojos violetas de todos los colores que se abren y se cierran como sube  y baja la marea.

Ella, claro, siempre tiene un  punto de vista curioso sobre la vida. Ella me enseña a mirar la vida desde otra perspectiva, desde otro prisma. Ella tiene una fina ironía y pasamos tardes divertidísimas ingeniando artilugios como prismáticos adaptables automáticos a cada una de las dioptrías de sus ojos.  Ojos negros, ojos verdes, ojos redondos, ojos estirados, ojos achinados, ojos más grandes, más  pequeños, de todos los colores, que se abren y se cierran como sube y baja la marea.

¡Ay cuánta desgracia, cuánta fatalidad cuando ella rompe a llorar! Cascadas de sal, río de amargura, océano de tristeza que a mí me inunda de impotencia.

Albert Pla

sábado, 4 de septiembre de 2021

Perro andaluz

Carmen Cuervo

 Un solo perro caminando solitario sobre una acera caliente de verano parece tener el poder de diez mil dioses. ¿Cómo es eso?
Charles Bukowski

Niño condenado

Carmen Cuervo

Habla conmigo, viejo perro blanco. Habla conmigo. Abre tu quebranto cuando quieras olvidarlo, tu quebranto, Habla conmigo, perro de la lluvia. Habla conmigo, solo tú conoces la vendimia de la calle. ¡La delicia! ¡La delicia! Habla conmigo, viejo perro blanco. Busca descanso con tu molinete, que los amos no descansan,  ya no existen. Habla conmigo, perro de la lluvia. Habla conmigo, niño condenado por el diablo de febrero. Perdonado, perdonado perdonado, perdonado, perdonado, perdonado, perdonado, perdonado.
Luis Alberto Spinetta

jueves, 2 de septiembre de 2021

Persiguiendo el arco iris, pase lo que pase, estaremos

Carmen Cuervo 

¿Late la agonía del destino humano? ¿Y la inmensa oscuridad está caldeada de amor? A menudo en noches tan maravillosamente azules, tan primorosas como las flores jamás vistas podría creerme estos ensueños y fantasías, el silencio entonces se estira hasta romperse, y los árboles atienden, parece, a cierto nivel espiritual que los despertará a la vida, y todas las cosas parecen los pensamientos y pasiones de una mente secreta que durmiendo lleva a la orilla de un extraño  sueño. Más cerca, más ;el esplendor y la luz divina se posan sobre la noche. Salvo la mente, los sueños son míos.

Aldous Huxley

miércoles, 1 de septiembre de 2021

Un ojo ve, el otro siente

Carmen Cuervo

Es otoño, despréndete de mí. Suéltame los cabellos, potros indomables. Sin ninguna melancolía, sin citas concertadas, sin cartas que responder.
Déjame el brazo derecho, el más ardiente de mis brazos, el más azul, el más hecho para volar.
Devuélveme el rostro de un verano, febril de tantos labios, sin ningún rumor de lágrimas en los párpados encendidos.
Déjame solo, vegetal y solo, corriendo como un río de hojas hacia la noche en que la más bella aventura se escribe exactamente sin ninguna letra.

Eugenio Andrade