miércoles, 1 de septiembre de 2021

Un ojo ve, el otro siente

Carmen Cuervo

Es otoño, despréndete de mí. Suéltame los cabellos, potros indomables. Sin ninguna melancolía, sin citas concertadas, sin cartas que responder.
Déjame el brazo derecho, el más ardiente de mis brazos, el más azul, el más hecho para volar.
Devuélveme el rostro de un verano, febril de tantos labios, sin ningún rumor de lágrimas en los párpados encendidos.
Déjame solo, vegetal y solo, corriendo como un río de hojas hacia la noche en que la más bella aventura se escribe exactamente sin ninguna letra.

Eugenio Andrade

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