martes, 5 de octubre de 2021

Es que en medio medio de la selva tu dulce voz me llama

Carmen Cuervo

El tigre, soy el tigre. Te acecho entre las hoja anchas como lingotes de mineral mojado. El río blanco crece bajo la niebla. Llegas. Desnuda te sumerges. Espero. Entonces en un salto de fuego, sangre, dientes, de un zarpazo derribo tu pecho, tus caderas. Bebo tu sangre, rompo tus miembros uno a uno. Y me quedo velando por años en la selva tus huesos, tu ceniza, inmóvil, lejos del odio y de la cólera, desarmado en tu muerte, cruzado por las lianas, inmóvil en la lluvia, centinela implacable de mi amor asesino.

Pablo Neruda

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